La cura de la hepatitis C
Los avances en medicina han cambiado el paradigma de esta enfermedad, que es muy frecuente, que la gran mayoría de los que la tienen lo ignora, y que hoy es curable en el 95 a 98% de los casos con medicamentos que se administran en pocas semanas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 71 millones de personas en todo el mundo viven con una infección crónica provocada por el virus de la hepatitis C. En Argentina, serían entre unos 320 mil y 400 mil, aunque no hay registro poblaciones como para conocer su prevalencia a ciencia cierta y la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado estima que entre 6 y 7 de cada 10 pacientes no sabe que la tiene, lo que complica el inicio del tratamiento curativo.
Este virus puede generar complicaciones muy severas para la salud porque va comprometiendo al hígado y puede generar cirrosis, falla hepática fulminante y requerir trasplante o favorecer el desarrollo de un tumor en el hígado. Por eso, saber que se tiene hepatitis C es muy importante, porque detectada a tiempo, se puede curar, evitar todas estas complicaciones y llevar una vida normal.
No existe una vacuna contra la hepatitis C, por lo que la única manera de prevenir su contagio es evitando exponerse a las conductas y factores de riesgo.
El virus se transmite a través de la sangre. Es cierto que era mucho mayor el contagio cuando no se conocía el virus y cuando no era habitual la esterilización de todo el instrumental y materiales médicos y odontológicos, pero hoy sigue habiendo contagios por compartir elementos de higiene personal como afeitadoras, o a través de tratamientos de belleza como mesoterapia o tatuajes o piercings, en tanto no se tomen las medidas de prevención necesarias.
También ha habido muchos contagios a través de transfusiones de sangre, aunque ahora es universal el testeo de la sangre antes de los procedimientos justamente para descartar las posibilidades que transmitir el virus.
Compartir jeringas también es una actividad de riesgo y podría haber contagio en el parto, si se ignora que la madre porta el virus.
La hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto en un abrazo o besos o por compartir comidas o bebidas con una persona infectada.
Aunque ahora haya menos contagios, el foco para combatir la enfermedad está puesto en encontrar a los pacientes a través de campañas de detección e invitando a todos a que se hagan el test una vez en la vida. Y luego, poniendo a su disposición los tratamientos curativos.
También hay muchos pacientes que fueron diagnosticados quizás décadas atrás, pero como es una enfermedad que no duele ni da ningún síntoma, no están haciendo nada por curarse, ni siquiera han vuelto al hepatólogo luego de enterarse que tenían el virus. Ellos tienen que saber que hoy se pueden curar y que tienen que cuidar su salud para poder vivir más y mejor. Aunque no duela, es una enfermedad potencialmente grave, que no hay que dejar que avance.
Hasta hace pocos años, las chances de cura rondaban el 40% y se lograba con esquemas de tratamientos prolongados y muy duros, con un nivel de toxicidad que hacía que muchos pacientes abandonaran el tratamiento.
Hoy el escenario es marcadamente diferente. En pocas semanas (8 a 12), a través de comprimidos diarios, uno puede curarse y seguir su vida sin problemas.
Ni bien se aprobaron estas drogas en nuestro país, siguiendo lo que venía sucediendo en otros países, la recomendación inicial era tratar a los pacientes más graves, cuyo hígado estaba más comprometido. Sin embargo, las guías actuales desarrolladas por la sociedad médica que reúne a los hepatólogos ya hablan de tratar para curar a todos los pacientes al margen del estadio en que su enfermedad se encuentre.
Cuanto antes se traten y se curen los pacientes, mejor, para evitar que el daño en el hígado avance.
Fuentes:
Estrategia mundial del sector de la salud contra las hepatitis víricas, 2016-2021, Organización Mundial de la Salud, OMS. Revisión Cochrane sobre Antivirales de acción directa para la hepatitis C crónica, septiembre 2017.
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.