Enfermedades autoinmunes: ¿Qué es el lupus?
Es un trastorno en el que el sistema de defensas del organismo ataca a células y tejidos. El resultado es una inflamación generalizada y daños en articulaciones, piel, corazón, riñones, vasos sanguíneos y cerebro. No tiene cura, pero sí puede ser tratado.
El lupus es una enfermedad autoinmune: es el propio sistema de defensas del organismo el que, por error, ataca a células y tejidos sanos. Esto desencadena una inflamación generalizada y daños en diversos órganos y estructuras del cuerpo, desde las articulaciones, la piel, los riñones, el corazón, los vasos sanguíneos, hasta el cerebro.
Aun cuando la enfermedad puede afectar a cualquier persona, nueve de cada diez adultos con lupus son mujeres.
Hay varios tipos de lupus. El más común es el lupus eritematoso sistémico (LES), que afecta muchas partes del cuerpo. También existe el lupus cutáneo, que causa erupciones o lesiones en la piel, por lo general, cuando es expuesta a la luz solar.
El lupus inducido por medicamentos es gatillado por una híper reacción a ciertos fármacos y sus síntomas suelen desaparecer cuando el tratamiento es suspendido. El lupus neonatal, poco frecuente, se da en los lactantes cuya madre sufre de LES.
Pero ¿cuál es el origen de la enfermedad? Aunque aún se desconoce la causa del lupus, existe evidencia científica acerca de la influencia de la genética, del medio ambiente, de virus y de infecciones.
Los síntomas más comunes del lupus son el cansancio extremo, la inflamación de las articulaciones y fiebre sin causa aparente.
Casi un 50% de las personas con lupus experimenta una erupción roja característica o un cambio en la coloración con forma de mariposa que puede producirse en las mejillas y en el puente nasal. Las erupciones también llegan a aparecer en el rostro y las orejas, la parte superior de los brazos, los hombros, el pecho y las manos.
Un síntoma frecuente es la sensibilidad a la luz solar (fotosensibilidad), por lo cual las erupciones de la piel suelen desarrollarse o empeorar luego de una exposición al sol. Otros síntomas pueden ser dolor en el pecho al respirar profundo, caída de cabello, úlceras bucales.
El 90 % de las personas que padecen lupus desarrollará inflamación, rigidez y dolor en las articulaciones, en general en manos y muñecas, fuertes durante la mañana y que van mejorando a lo largo del día.
No existe una prueba exclusiva de diagnóstico definitivo del lupus, y es una enfermedad que suele ser confundida con otras, razón por la cual hay pacientes que llegan a consultar a varios profesionales de la salud hasta que dan con el diagnóstico certero. Las herramientas para diagnosticarla son muy variables: examen clínico completo, análisis de sangre, biopsia de piel y de riñones.
El médico de cabecera para tratar el lupus suele ser un reumatólogo, pero el paciente suele necesitar un equipo de profesionales que atienda a los diversos órganos del cuerpo que puedan llegar a ser afectados.
Así es como suele haber un inmunólogo clínico, un hematólogo, un dermatólogo, un neurólogo, un cardiólogo y un endocrinólogo.
Como no hay una cura para la enfermedad, los especialistas apelan a cambios en el estilo de vida y a diversos medicamentos que ayuden a controlar los síntomas. Los objetivos básicos son prevenir las crisis, tratarlas si aparecen, reducir el daño a los órganos afectados, disminuir el dolor y la inflamación, fortalecer el sistema inmune, equilibrar el nivel de las hormonas.
También puede ser necesario recurrir a fármacos vinculados con problemas que el lupus puede empeorar, como el colesterol elevado, la hipertensión arterial o determinadas infecciones.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.