Salud Mental
Recién en los años 90, el tratamiento contra la depresión dio un paso hacia adelante con la aparición de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Este tipo de medicamentos, aunque presentaban resultados en eficacia similares a los medicamentos ya disponibles, mostraban mejores perfiles de seguridad. Una de las medicaciones obtuvo una mejora de los síntomas por encima del 50%.
Con respecto a la mejora de la calidad de vida, diversos estudios han demostrado cómo el tratamiento con ISRS mejora la calidad de vida del paciente. En este aspecto, un estudio que realizaba una comparación entre sertralina, un ISRS, frente a nortriptilina, un ATC, demostró que el 65% de los pacientes tratados con sertralina lograban una mejora del 50% o más en los resultados de la escala de valoración de la depresión de Hamilton, respecto al 26% de los tratados con nortriptilina.
Otro ejemplo de la mejora en la calidad de vida se presenta en un estudio en 1.140 pacientes con TDM. Los resultados mostraron que después de 8 semanas de tratamiento, los pacientes tratados con escitalopram mostraban mejoras significativas en la calidad de vida según el cuestionario de Calidad de Vida, Disfrute y Satisfacción (Q-LES-Q, por sus siglas en inglés), aumentando la calidad de vida con respecto al momento basal en 9,1 puntos frente a la mejora de placebo, de 6,9 puntos.
MEJORAS EN LA CALIDAD DE VIDA EN EL TRATAMIENTO DE LA DEPRESIÓN MAYOR CON ESCITALOPRAM FRENTE A PLACEBO
Otra investigación demostró la eficacia de los antipsicóticos en el tratamiento del desorden bipolar: mejora del 59% de la remisión sintomática combinada y la remisión funcional.
PORCENTAJE DE PACIENTES CON MADRS <12 Y SDS<3 EN EL TRATAMIENTO DEL TRASTORNO BIPOLAR CON LURASIDONA FRENTE A PLACEBO
Con relación a la esquizofrenia (trastorno mental grave, caracterizado por una distorsión del pensamiento, las percepciones, el lenguaje, la conducta y la conciencia de sí mismo) se destaca que sus pacientes
tienen entre 2 y 2,5 veces más probabilidades de morir a una edad temprana que el conjunto de la población debido, generalmente, a enfermedades cardiovasculares, metabólicas e infecciosas.
Aunque es una enfermedad muy discapacitante, el tratamiento con fármacos ha demostrado ser eficaz y, con el seguimiento adecuado, los pacientes pueden llevar una vida normal, con importante beneficios en la reinserción social y laboral.
No fue hasta la década de los 90, con la introducción de los antipsicóticos de segunda generación, cuando se encontró una mayor esperanza en el tratamiento frente a la esquizofrenia gracias a los mejores resultados de eficacia y menores efectos extrapiramidales.
Un estudio sobre el efecto de paliperidona en régimen de 25 mg,100 mg y 150 mg, en 652 pacientes frente a placebo, demostró que los pacientes tratados con paliperidona obtenían una mejor puntuación con respecto al estado basal en la escala para el síndrome positivo y negativo de la esquizofrenia (PANSS, por sus siglas en inglés) que el grupo placebo.
CAMBIO MEDIO EN LA ESCALA PANSS EN EL TRATAMIENTO DE LA ESQUIZOFRENIA CONPALIPERIDONA 25MG, 100 MG Y 150MG FRENTE A PLACEBO
Una parte fundamental en el control de la enfermedad es la adherencia al tratamiento. La no adherencia al tratamiento afecta al riesgo de recaída, las rehospitalizaciones y el riesgo de suicidio en pacientes con esquizofrenia.
Es por ello que, durante la década pasada, han surgido formas de liberación prolongada o depot de estos tratamientos. Un estudio restrosprectivo sobre 5.220 pacientes concluye que el 29% de los pacientes tratados con palmitato de paliperidona en formato de inyección mensual reportan una mejor adherencia en términos de días cubiertos de medicación, frente al 18% obtenido por los antipsicóticos orales de segunda generación.
Por último, el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación crónica, persistente y excesiva por cualquier tema que afecte al paciente. Esta enfermedad no debe confundirse con las preocupaciones que toda persona puede tener sobre un tema específico en un momento determinado. Las personas que padecen TAG son incapaces de controlar este estado de ansiedad y de concentrarse en sus actividades diarias, con el consecuente impacto en su calidad de vida. Algunos de los síntomas producidos por la enfermedad son dolores de la cabeza por la tensión generada, incapacidad para relajarse, aturdimiento, taquicardia y mareos, entre otros.
El impacto de los fármacos en la mejora de calidad de vida de los pacientes con TAG se observa en una revisión realizada sobre 19 estudios con los siguientes tratamientos: tres ISRS (sertralina, escitalopram, paroxetina), un inhibidor de los transportadores de la serotonina, (vortioxetina), un antipsicótico de segunda generación (quetiapina) y un ansiolítico (silexan). Los resultados de la revisión, en base a diferentes medidas de la calidad del paciente como el test EQ-5D, o la encuesta de salud SF-35, entre otros, muestra que estos tratamientos son efectivos, no solo para la reducción de los síntomas de la enfermedad, sino para el funcionamiento de la vida general del paciente. De igual manera, estos resultados en salud tienen un impacto positivo en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.