El colesterol malo debe tratarse
Advierten que el tratamiento es necesario si el nivel de colesterol total está por encima de los 200 mg/dL en una persona adulta sin antecedentes de enfermedad.
El colesterol es una sustancia que se encuentra en la sangre de los seres humanos. El cuerpo necesita ese colesterol para formar células sanas, pero tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. Por eso, es importante realizarse chequeos habituales que incluyan la medición de los niveles de colesterol, y cuando éstos se encuentran alterados, consultar con el médico e iniciar un tratamiento para alcanzar un control adecuado.
Existen diferentes tipos de colesterol, que dependen de qué transporta la lipoproteína. Uno es el colesterol ‘malo’ o LDL (que se refiere a lipoproteína de baja densidad), que transporta las partículas de colesterol por todo el cuerpo. Se acumula en las paredes de las arterias y puede generar su endurecimiento y estrechamiento. El otro es el colesterol ‘bueno’ o HDL (Lipoproteínas de alta densidad), que recolecta el exceso de colesterol malo y lo lleva de nuevo al hígado.
Algunos factores, como la obesidad, el sedentarismo, el consumo de comida con alto nivel de colesterol, el consumo nocivo de alcohol y tabaco, la diabetes y la edad, pueden aumentar el riesgo de tener el colesterol malo elevado. También puede darse una mayor predisposición genética, un cuadro que se conoce como “hipercolesterolemia familiar”, que puede darse inclusive llevando una vida saludable, y afecta a 34 millones de personas en el mundo. El problema del colesterol elevado puede presentarse ya en niños y adolescentes, aunque es más frecuente en adultos.
No todo colesterol es saludable
En un estudio científico publicado el año pasado por la revista ‘Metabolism Clinical and Experimental’, que afirma que no todo el colesterol bueno es saludable y la presencia de partículas grandes se podrían asociar a un mayor riesgo de infarto de miocardio.
La investigación ha sido llevada a cabo por investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), del Hospital Clínic-IDIBAPS, del IDIBELL, del Institut de Recerca de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.
En este trabajo, los investigadores han analizado características genéticas que determinan el tamaño de las partículas de colesterol bueno, y, posteriormente, han estudiado su relación con el riesgo de presentar un infarto de miocardio. La conclusión es que aquellas características genéticas asociadas a la generación de partículas de colesterol bueno grandes tenían una relación directa con un riesgo más grande de infarto, mientras que las características genéticas asociadas a partículas de colesterol bueno pequeñas se relacionaban con un menor riesgo de infarto.
Los datos del colesterol en el país
En la Argentina, la prevalencia de colesterol elevado alcanza al 40% de la población adulta, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, que se basó en mediciones bioquímicas y en el auto-reporte de los participantes. El nivel de colesterol elevado era más frecuente en personas mayores de 50 años y con bajo nivel educativo.
La falta de control del colesterol elevado tiene su impacto negativo en la salud. A nivel mundial, es el causante de 2,6 millones de muertes (4,5% del total de fallecimientos). Esto se debe a que el nivel de colesterol alterado puede conducir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como infartos y ataques cerebrovasculares.
Para conocer el nivel de colesterol, se hace un análisis de sangre, cuyos resultados deben ser evaluados por un médico. El profesional considerará también cuál es el riesgo cardiovascular para cada paciente e indicará cuál es el tratamiento que le corresponde de acuerdo con su estado de salud y si tiene otros problemas.
Si un adulto sin antecedentes de enfermedad cardiovascular tiene más de 200 mg/dL de colesterol, significa que debe consultar al médico y tratarse. El tratamiento incluye una alimentación sana y equilibrada, evitando el consumo de grasas trans y saturadas, aumentado el consumo de frutas y verduras, fibras y pescados de mar. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria, ajustada a las posibilidades de cada uno, acordándola con el médico.
La inclusión de medicación para controlar el colesterol es una decisión médica que tendrá que ver con la evaluación de cuánto mejoran los parámetros con los cambios en el estilo de vida y la existencia de antecedentes como infarto y ACV o de condiciones como hipertensión arterial o diabetes, por ejemplo.
Según los expertos, el 80% del colesterol total está relacionado a nuestro metabolismo hereditario, es decir que sólo el 20% del colesterol está en manos de nuestros hábitos y conductas.
Por esa razón, es clave realizarse chequeos para saber cómo están los niveles de colesterol y conversar con el médico cuál es la mejor estrategia para controlarlo y prevenir cualquier complicación para la salud.
Fuentes:
Artículo publicado en la revista Metabolism Clinical and Experimental: https://www.imim.es/programesrecerca/epidemiologia/noticias/821/demuestran-que-no-todo-el-colesterol-bueno-es-saludable. Uso apropiado de estatinas en Argentina. Documento de posición. Sociedad Argentina de Cardiología (2018) https://www.sac.org.ar/wp-content/uploads/2018/06/documento-de-posicion-consenso-de-estatinas-2018.pdf 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), Ministerio de Salud de la Nación (2019) http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001622cnt-2019-10_4ta-encuesta-nacional-factores-riesgo.pdf .Bosworth HB, Ngouyombo B, Liska J, Zullig LL, Atlani C, Beal AC. The importance of cholesterol medication adherence: the need for behavioral change intervention programs. Patient Prefer Adherence. 2018;12:341–348. Published 2018 Mar 6. doi:10.2147/PPA.S153766
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.