Farmacovigilancia: la importancia de los reportes de los pacientes
Una investigación determinó que brindan información detallada y valiosa sobre los efectos adversos de los medicamentos. Cómo funciona el sistema en Argentina.
La Organización Mundial de la Salud define a la farmacovigilancia como la ciencia y las actividades relativas a la detección, evaluación, comprensión y prevención de los efectos adversos de los medicamentos o cualquier otro problema relacionado con ellos. Si bien todos los fármacos siguen un riguroso proceso de evaluación en distintas fases de estudios clínicos y salen al mercado cuando su seguridad y eficacia ha sido probada, es fundamental que exista una red de farmacovigilancia justamente para seguir con ese monitoreo permanente del producto.
La alerta a la red pueden darla tanto los profesionales de la salud y las instituciones sanitarias como los propios pacientes y sus familiares. Y, en este sentido, una nueva investigación determinó el rol clave que tienen los usuarios de los medicamentos en los reportes de farmacovigilancia.
La participación de los pacientes
La investigación, realizada por expertos de la Universidad de Helsinki y publicada en el British Journal of Clinical Pharmacology, se basó en una revisión sistemática de literatura médica para analizar el comportamiento de los profesionales y los usuarios del sistema de salud en cuanto al reporte de efectos adversos de los medicamentos. Y determinó la importancia fundamental de la participación de los pacientes en la farmacovigilancia.
Según el estudio, si bien el reporte de los profesionales y centros de salud sigue siendo central, los pacientes aportaron información consistente y bien documentada, reportando un mayor número de categorías de efectos adversos y un rango más amplio de medicinas. Y, también, reportaron más a menudo sobre el impacto de los efectos adversos en su vida diaria, haciendo también una descripción más detallada de estas reacciones. Las que más reportan son las mujeres: un 60% del total.
Estimular la participación de los usuarios perfecciona el sistema. Como ejemplo, los investigadores citan que la Unión Europea realizó una profunda reforma de su sistema de farmacovigilancia en 2012 que permitió que los pacientes reporten directamente las reacciones adversas a las autoridades. En 2015 hubo 48.782 reportes de pacientes, un 30% más que el año anterior. Aunque en el mundo muchos países permiten el reporte de los usuarios, los índices y la concientización al respecto son todavía bajos.
“Los reportes de los pacientes aportan una nueva información y perspectiva a la que no sería posible acceder de otra manera. Esta nueva información puede llevar a fortalecer las señales de seguridad e incrementar el conocimiento sobre los efectos adversos de los medicamentos”, señalan los investigadores, quienes consideran que las diferencias en los aportes de médicos y pacientes son enriquecedoras porque estos últimos complementan a los profesionales.
“La información subjetiva que los pacientes traen al sistema puede ser usada para fortalecer el actual sistema de farmacovigilancia con más evidencia sobre el impacto de los efectos adversos en la vida diaria de las personas”, remarcan.
La farmacovigilancia en Argentina
En nuestro país, el Sistema Nacional de Farmacovigilancia (SNFV) se creó en 1993 y la Administración Nacional de Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT) también destaca esta “herramienta indispensable para el control y fiscalización de medicamentos, ya que permite la detección temprana de los efectos adversos y/o inesperados de los medicamentos en la etapa de uso extendido de los mismos, así como también facilita la percepción de fallas de respuesta terapéutica por deficiencias de calidad”.
Las notificaciones al SNFV las pueden hacer instituciones como hospitales o cátedras de farmacología, profesionales de la salud y usuarios de medicamentos (de forma directa o a través de asociaciones de consumidores), y la industria farmacéutica también está obligada a notificar reacciones graves o inesperadas de sus productos.
Estas notificaciones pueden hacerse a la ANMAT por vía telefónica a través de la línea gratuita ANMAT Responde, 0800-333-1234, de lunes a viernes de 8 a 18 horas y sábados, domingos y feriados de 10 a 18 horas, o por correo electrónico a responde@anmat.gob.ar o a través de un formulario en su página web (https://www.argentina.gob.ar/anmat/farmacovigilancia/notificanos/pacientes).
Una vez que el Departamento de Farmacovigilancia recibe el alerta, analiza la información mediante métodos farmacoepidemiológicos, envía los resultados a las autoridades de la ANMAT y los publica para la edición del Boletín de Profesionales. Además, como el país es miembro del Centro de Monitoreo de Uppsala —que colabora con la OMS en la seguridad de los medicamentos— también envía esas notificaciones al organismo con sede en Suecia.
Fuentes:
British Journal of Clinical Pharmacology, PAHO, ANMAT
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.