8 mitos sobre el asma que pueden atentar contra los tratamientos
Son ideas erróneas que persisten a pesar de que el conocimiento de la enfermedad se amplía año a año. Entre otras realidades, el asma no es una enfermedad infecciosa y puede ocurrir a cualquier edad.
El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles y representa un importante problema de salud pública, tanto en países desarrollados como en desarrollo. Según estimaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), hay más de 340 millones de personas con asma en todo el mundo.
En la Argentina, la prevalencia de asma alcanza cerca del 6% de la población en la franja predominante de entre 20 y 44 años, según los datos aportados por la Primera Encuesta Nacional de Prevalencia de Asma realizada en 2015, lo que implica una proporción importante de la población.
Es una enfermedad crónica que afecta a niños y adultos. Las vías que conducen el aire a los pulmones se estrechan debido a la inflamación y la compresión de los músculos que rodean las vías respiratorias finas, causando tos, silbidos al respirar, falta de aire y opresión torácica.
Diversos factores desencadenantes pueden agravar los síntomas, entre ellos, las infecciones virales (resfriados), el polvo, el humo, los gases, los cambios meteorológicos, los pólenes de gramíneas y árboles, el pelaje y las plumas de animales, los jabones fuertes y los perfumes.
Cerrar brechas
En 1998, se celebró el primer Día Mundial del Asma en más de 35 países conjuntamente con la primera Reunión Mundial sobre el Asma realizada en Barcelona, España. La participación fue aumentando cada año y la fecha -primer martes de mayo- se convirtió en uno de los eventos de educación y concientización sobre el asma más importantes del mundo.
Este día está auspiciado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), una organización colaborativa de la OMS fundada en 1993, con el objetivo de concientizar a la población de las cargas que supone la enfermedad y de la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones.
Este año, el lema del Día Mundial del Asma es “Cerrar brechas en la atención del asma”, para igualar el acceso al diagnóstico y al tratamiento médico en países ricos y pobres, y reducir las diferencias entre la evidencia científica y la prestación real de atención a las personas con asma.
Conceptos erróneos
A pesar de que el conocimiento del asma se está ampliando año a año, persisten en la población creencias obsoletas sobre la enfermedad; las que se repiten con frecuencia son:
1- El asma es una enfermedad infantil. El asma puede ocurrir a cualquier edad, tanto en niños y adolescentes, como en adultos y ancianos. La mayoría de las personas que tienen asma nacen con una tendencia a esa condición y la mantienen de por vida. Es verdad que muchos niños mejoran con la edad y su asma parece desaparecer por completo. Sin embargo, a muchos les vuelve a aparecer en la adultez, mientras que otros niños con asma tienen menos probabilidades de que desaparezca al llegar a la edad adulta.
2- El asma es infecciosa. No es una enfermedad causada por virus, bacterias u otros microbios. Sin embargo, las infecciones respiratorias virales (como el resfrío común y la gripe) pueden causar ataques de asma. También en los niños, el asma se asocia con frecuencia a las alergias, aunque con menos frecuencia el asma que comienza en la edad adulta es alérgica.
3- Las personas con asma no deben hacer ejercicio. Cuando la enfermedad está bien controlada, las personas con asma pueden hacer ejercicio, también de alta competencia y a nivel profesional. El ejercicio no está contraindicado e, inclusive, puede formar parte del tratamiento.
4- El asma sólo es controlable con esteroides de dosis altas. A menudo, es más controlable con esteroides inhalados en dosis bajas.
5- El asma viene y va. Con frecuencia es una condición inflamatoria que siempre está en las vías respiratorias, inclusive cuando una persona no tiene problemas para respirar. La exposición a un desencadenante del asma puede empeorar los síntomas, pero la condición subyacente nunca desaparece, a pesar de que se puede controlar con medicamentos y medidas de control ambiental. Es verdad que los síntomas pueden empeorar cuando una persona está bajo estrés emocional, algo más marcado en los adultos que en los niños.
6- Las personas asmáticas deben usar medicamentos solo cuando tienen ataques, porque de lo contrario pierden su efecto. Usar los medicamentos con regularidad es la única manera de calmar la inflamación de las vías respiratorias y prevenir que el asma empeore. Utilizados en la dosificación correcta, los medicamentos diarios no pierden su efecto ni causan efectos secundarios incómodos.
7- El asma es solo una condición molesta, no una enfermedad real. En los casos de más difícil manejo, el asma puede poner en riesgo la vida cuando las personas no reciben tratamiento para controlar la condición subyacente y detener los ataques severos. Si todas las personas que necesitan medicamentos utilizaran los correctos para controlar los síntomas y evitar que se agraven, las hospitalizaciones y muertes por causa del asma se reducirían en gran medida.
8- La enfermedad desaparece si la persona con asma se muda a un clima cálido y seco. Si se toman las medidas ambientales correctas y se utilizan medicamentos con regularidad, las personas con asma pueden vivir cómodamente en cualquier clima
Fuentes:
Fuentes: OMS (Organización Mundial de la Salud), Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Respirar to Breathe, Iniciativa Global para el Asma (GINA)
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.