Tres puntos clave sobre la transformación digital de la atención sanitaria
Son el impacto de las tecnologías de la información en la salud pública, la puesta en marcha de soluciones adecuadas y la importancia de una inversión informada y planificada.
La pandemia de Covid-19 demostró angustiosamente la importancia de proteger la salud de la población, tema que pasó a ocupar la centralidad para las economías y el bienestar social y, a la vez, evidenció serios problemas estructurales de datos en los sistemas sanitarios.
Hoy, los países del mundo deben gestionar la complejidad cada vez mayor de sus sistemas sanitarios mientras hacen frente a una severa crisis económica. Particularmente en América Latina y el Caribe (ALC), la pandemia ha dejado a la vista serias deficiencias en dimensiones básicas como calidad, resultados, costos y equidad.
En los últimos años, a nivel global, y en el más alto nivel político, se ha acordado sobre la importancia de la transformación digital. En ese sentido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) delineó 8 principios para enmarcar los procesos para la transformación digital del sector de la salud.
El informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe”, aborda cada aspecto del proceso del sector salud, comparte evidencias, prácticas y recomendaciones para incorporar a las instituciones de salud, sus trabajadores, pacientes y a todo el ecosistema a la era digital, capaz de ofrecer el potencial para enfrentar tres desafíos en ALC.
Conceptos para no confundir
Emprender la transformación digital (TD) en salud requiere que todos los involucrados se familiaricen con las premisas básicas del proceso. Su objetivo es hacer llegar la información precisa a las personas adecuadas en el momento oportuno. Tiene un valor indiscutible para el sector salud, en el que la relevancia es de vida o muerte. Por eso, antes de continuar, es necesario diferenciar tres conceptos que suelen confundirse:
- La digitalización es el proceso mediante el cual la información en formato análogo (físico, tangible) es pasada a formato digital, con el uso de herramientas digitales (escáner, celular o sensor electrónico) para que pueda ser procesada, almacenada y compartida en circuitos, equipos y redes digitales (servidor o nube en Internet).
- Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) son el conjunto de recursos, herramientas, equipos, programas informáticos, aplicaciones, redes y medios que permiten la compilación, procesamiento, almacenamiento, transmisión de información como voz, datos, texto, video e imágenes.
- La transformación digital (TD) trata sobre cómo las tecnologías cambian las reglas de participación, las formas de trabajar e interactuar y la manera de pensar de una organización o sector. Reúne tres componentes igualmente importantes: las personas, los procesos y la tecnología.
Impacto, medidas e inversión
La publicación del BID señala que en octubre de 2020 el gobierno de Gran Bretaña -la sexta economía más grande del mundo- informó que casi 16.000 nuevos contagios del coronavirus no habían sido registrados en el conteo nacional debido a una falla en la transferencia de un archivo muy pesado de Excel. Y cita el caso para ilustrar tres puntos clave sobre la transformación digital de la atención sanitaria. Ellos son:
1- El impacto directo que tienen las tecnologías de la información en la salud pública puede ser de vida o muerte.
2- Las implementaciones a medias con soluciones ad hoc, sin una visión intencional y a largo plazo, que no integran todos los elementos y actores requeridos, causan graves daños.
3- El “ahorro” de la inversión pública -al no implementar estos procesos con el enfoque y las herramientas adecuadas- sale caro en el futuro, al igual que la inversión desinformada y sin planificación estratégica.
Entonces, sintetizan los especialistas del BID, la pregunta no puede ser ¿cómo modernizar los sistemas de tecnología de la información del sector de salud en el país? Las preguntas deben ser: ¿la transformación digital puede contribuir a lograr los objetivos del sector salud? Si la respuesta es “sí”, entonces, ¿cómo lo hace?
Y señalan que “una transformación digital exitosa está compuesta de un portafolio de proyectos e inversiones en seis dimensiones claves: gobernanza y gestión, personas y cultura, política y práctica de salud informada, infraestructura, infoestructura y aplicaciones y servicios digitales del sector”.
Claramente, la transformación digital de la salud es un proceso complejo, multifacético, largo y costoso. Iniciarlo, bien diseñado y ejecutado, requiere la toma de conciencia de parte de los países de que los costos implicados sobrepasan la compra de un sistema de información. Se estima que, en promedio, la inversión debe comprender entre un 3 y 5% del presupuesto sanitario nacional. En América Latina y el Caribe, una de las principales fallas en la implementación de la TD en salud es la falta de ajuste de los recursos requeridos.
El valor de la transformación digital es enorme. ¿A quién beneficia este proceso? La respuesta es no solo a los ciudadanos, sino también a profesionales y proveedores, a las instituciones y al sistema sanitario en general: mejora la experiencia del paciente, la salud de la población y la vida laboral de los proveedores y profesionales de atención médica, al tiempo que reduce los costos y promueve la equidad y la inclusión.
Fuentes:
Fuentes: Informe “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe” 2022, Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.